jueves, 5 de junio de 2014

PROTECCIÓN INFANTIL CONTRA EL ABUSO Y LA VIOLENCIA CONTRA NIÑOS Y NIÑAS










UNICEF.
La violencia se da en colegios e instituciones -como orfanatos y otros centros de acogida-, en las calles, el lugar de trabajo y las prisiones. Los niños y niñas padecen violencia en sus casas, en el seno de sus familias o por parte de otros niños y niñas. Un reducido números de los casos de violencia ejercida contra los niños y niñas termina en muerte; pero lo más frecuente es que ni siquiera deje huellas visibles. Aun así, constituye uno de los problemas más graves que actualmente afectan a la infancia.

Una gran parte de la violencia permanece oculta. En ocasiones, los niños y niñas se sienten incapaces de denunciar los actos de violencia por miedo a las represalias de su agresor. Puede ocurrir también que ni los niños y niñas ni el agresor vean nada malo o inusual en estas prácticas, o que ni siquiera piensen que estos actos violentos constituyen violencia, y los consideren más bien como castigos justificados y necesarios. Puede que el niño maltratado se sienta avergonzado o culpable, pensando que se trata de un castigo merecido. Esto es a menudo la causa de que el niño se muestre reticente a hablar de ello.

La violencia es omnipresente en las sociedades en las que los niños y niñas crecen. La ven en los medios de comunicación, y forma parte de las normas económicas, culturales y sociales que configuran el entorno del niño. La violencia tiene sus raíces en cuestiones como las relaciones de poder asociadas al género, la exclusión, y la ausencia de protección por parte de un tutor adulto y de reglas sociales que protejan o respeten a la infancia. Otros factores pueden ser el consumo de drogas, el fácil acceso a armas de fuego, el consumo de alcohol, el desempleo, la delincuencia, la impunidad y el encubrimiento. 

La violencia puede tener consecuencias graves para el desarrollo del niño. En casos extremos resulta en lesiones graves o incluso muerte. No obstante, también puede afectar a la salud del niño, a su capacidad de aprendizaje o incluso a su voluntad de ir a la escuela. La violencia puede ser causa de que el niño huya de su hogar, exponiéndole así a más peligros. Asimismo la violencia destruye la autoestima de los niños y niñas y puede imposibilitarles para ser unos buenos padres en el futuro. Los niños y niñas que padecen violencia son más proclives de adultos a la depresión y al suicidio.
  • Ø  La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 40 millones de niños y niñas menores de 15 años son víctimas de malos tratos y abandono y requieren atención sanitaria y social.
  • Ø  Según un estudio realizado en Egipto, el 37% de los niños y niñas declararon haber sido golpeados o amordazados por sus padres, y el 26% declaró haber sufrido fracturas, pérdida de conocimiento o discapacidades permanentes como resultado de ello.
  • Ø  Aproximadamente un 36% de las madres hindúes admitieron haber golpeado a sus hijos con algún objeto en los últimos seis meses. Un 10% afirmó haber propinado patadas a sus hijos; un 29% les había tirado del pelo; un 28% había propinado puñetazos a sus hijos; y un 3% afirmó haber castigado a sus hijos metiéndoles guindillas en la boca.
  • Ø  Un sondeo practicado en 1995 en EE.UU. mostraba que el 5% de los padres y madres encuestados admitió haber recurrido al menos a uno de los métodos siguientes para disciplinar a sus hijos: golpearles con un objeto, propinarles patadas, golpearles o amenazarles con un cuchillo o una pistola.
  • Ø  En Sudáfrica, estadísticas policiales recientes revelan 21.000 denuncias de casos de violación o agresión de menores en los que las víctimas tenían tan sólo nueve meses de edad. Se estima que únicamente 1 de cada 36 casos de violación es denunciado. 






CÓMO CRIAR A LOS NIÑOS PARA QUE SE OPONGAN A LA VIOLENCIA




LO QUE USTED PUEDE HACER 

Casi todos los días las noticias cuentan historias sobre niños que cometen actos de violencia, a menudo contra otros niños.

Las investigaciones indican que la conducta violenta o agresiva suele aprenderse a una edad temprana. Sin embargo, los padres, familiares y otras personas que cuidan niños pueden ayudarles a aprender cómo enfrentar sus emociones sin usar la violencia. Los padres y otras personas pueden también tomar medidas para reducir o minimizar la violencia.

Sugerencias para tratar con los niños
Los padres desempeñan un papel valioso para reducir la violencia al criar sus hijos en hogares seguros y llenos de afecto. Aquí presentamos algunas sugerencias que pueden resultar útiles. Es posible que no pueda seguir cada una exactamente, pero hacer todo lo que esté a su alcance supondrá una gran diferencia en las vidas de sus hijos.

Brinde a sus hijos amor y atención constantes
Cada niño necesita una relación fuerte y afectuosa con un padre u otro adulto para sentirse seguro y desarrollar un sentido de confianza. Hay menos probabilidad de que se desarrollen problemas de conducta y delincuencia en niños cuyos padres participan en sus vidas, en especial a una corta edad.

No es fácil demostrarle amor a un niño todo el tiempo. Puede resultar incluso más difícil si usted es joven, no tiene experiencia, su familia es monoparental, o si su hijo está enfermo o tiene necesidades especiales. Si su bebé parece sumamente difícil de cuidar y consolar, analice esto con su pediatra, con otro médico, un psicólogo o un proveedor de salud mental, quienes pueden darle consejos y recomendarle clases para padres en su localidad que enseñan formas positivas de lidiar con las dificultades en la crianza de los hijos.

Asegúrese de que sus hijos sean supervisados
Los niños dependen de sus padres y familiares para recibir aliento, protección y apoyo a medida que aprenden a pensar por sí mismos. Sin la supervisión adecuada, los niños no reciben la orientación que necesitan. Los estudios indican que los niños sin supervisión suelen tener problemas de conducta.

Insista en saber dónde están sus hijos en todo momento y quiénes son sus amigos. Cuando no pueda vigilar a sus hijos, pídale a una persona de confianza que los vigile por usted. Nunca deje a niños solos en la casa, aunque sea un breve período.

Anime a los niños en edad escolar y mayores a participar en actividades extracurriculares supervisadas como equipos deportivos, programas de tutoría o recreación organizada. Inscríbalos en programas comunitarios locales, en especial aquellos dirigidos por adultos cuyos valores usted respeta.

Acompañe a sus hijos a actividades de juego supervisadas y observe cómo se llevan con los demás. Enséñeles a sus hijos cómo responder adecuadamente cuando otros recurren a insultos o amenazas o lidian con el enojo dando golpes. Explíqueles que esas no son conductas adecuadas y anímelos a mantenerse alejados de los niños que se comportan así.

Muestre a sus hijos conductas adecuadas con su ejemplo
Los niños suelen aprender siguiendo un ejemplo. La conducta, valores y actitudes de los padres y hermanos tienen una gran influencia en los niños. Los valores de respeto, honestidad y orgullo de su familia y las tradiciones pueden ser fuentes importantes de fortaleza para los niños, en especial si se enfrentan con presiones negativas de otros niños de su edad, viven en una zona violenta o asisten a una escuela en una zona peligrosa.

La mayoría de los niños actúan agresivamente a veces y pueden golpear a otra persona. Sea firme con sus hijos con respecto a los posibles peligros que implica una conducta violenta. Recuerde también elogiar a sus hijos cuando resuelvan problemas en forma constructiva y sin recurrir a la violencia. Es más probable que los niños repitan las buenas conductas cuando son recompensados con atención y elogios.

Los padres alientan a veces conductas agresivas sin saberlo. Por ejemplo, algunos padres piensan que es bueno para un niño aprender a pelear. Enséñeles a sus hijos que es mejor solucionar las riñas hablando con calma, y no con puñetazos, amenazas o armas. Y más importante aún, no les pegue a sus hijos.

Sea consecuente con las reglas y disciplina
Cuando establezca una regla, aténgase a ella. Los niños necesitan una estructura con expectativas claras para su conducta. Establecer reglas y luego no hacerlas cumplir resulta confuso, esto puede suscitar que los niños se salgan con la suya.

Para establecer las reglas, los padres deben hacer participar a los niños siempre que sea posible. Explíqueles qué espera y cuáles son las consecuencias de no seguir las reglas. Esto los ayudará a aprender a comportarse de un modo que sea beneficioso para ellos y para quienes los rodean.

Mantenga la violencia lejos de su hogar
La violencia en el hogar puede causar miedo y ser dañina para los niños. Los niños necesitan un hogar seguro y lleno de afecto donde no tengan que crecer con miedo. Un niño que ha visto violencia en su hogar no siempre se vuelve violento, pero hay más probabilidad de que trate de resolver los conflictos a través de la violencia.

Procure que su hogar sea un lugar seguro y no violento, y siempre desanime el comportamiento violento entre hermanos. Tenga en cuenta también que las discusiones hostiles y agresivas entre los padres asustan a los niños y les dan un mal ejemplo.

Si hay situaciones de abuso o lesión física o verbal entre personas en su hogar, obtenga ayuda de un psicólogo u otro tipo de proveedor de salud mental. Este profesional lo ayudará a usted y a su familia a entender por qué se produce la violencia doméstica y cómo detenerla.

Procure que sus hijos no vean demasiada violencia en los medios de comunicación
Un informe publicado a comienzos de este mes confirmó nuevamente que ver demasiada violencia en televisión, en las películas y en los videojuegos puede tener un efecto negativo en los niños. Usted como padre, puede controlar la cantidad de violencia que sus hijos ven en los medios de comunicación. 
Estas son algunas ideas:
Limite el tiempo de ver televisión de 1 a 2 horas por día. Asegúrese de saber qué programas de televisión miran sus hijos, qué películas ven y a qué tipos de videojuegos juegan. Hable con sus hijos sobre la violencia que ven en los programas de televisión, en las películas y en los videojuegos. Ayúdelos a entender cuán doloroso sería en la vida real y las graves consecuencias de las conductas violentas. Analice con ellos maneras de resolver problemas sin recurrir a la violencia.

Ayude a sus hijos a oponerse a la violencia
Apoye a sus hijos a oponerse a la violencia. Enséñeles a responder con palabras firmes pero manteniendo la calma cuando otros insultan, amenazan o golpean a otra persona. Ayúdelos a entender que se necesita más coraje y liderazgo para oponerse a la violencia que para secundarla.


Ayude a sus hijos a aceptar y llevarse bien con otras personas de diversas razas y origen étnico. Enséñeles que criticar a las personas porque son diferentes es algo hiriente y que insultar es inaceptable. Asegúrese de que entiendan que usar palabras para comenzar o alentar la violencia, o aceptar silenciosamente una conducta violenta, es dañino. Advierta a sus hijos que las amenazas y los actos de intimidación pueden derivar en violencia.



VIOLENCIA CONTRA NIÑOS UN FENÓMENO QUE SE HA SEXTUPLICADO EN VENEZUELA


  • Ø  Dos personas fueron ultimadas por día entre octubre de 2010 y septiembre de 2011.
  • Ø  Los crímenes aumentaron 15% en comparación con el mismo período en 2009 y 2010, según informe de Cecodap.

La violencia, el maltrato y los asesinatos de niños, niñas y adolescentes son delitos que cada vez tienen más centimetraje en la prensa nacional. Entre octubre de 2010 y septiembre de 2011, 796 personas de este grupo etario fueron asesinadas en distintos hechos.

La cifra, que fue presentada por la organización Cecodap en el informe anual “Somos Noticia”, demuestra que la situación se incrementó 15% con respecto al mismo período en 2009 y 2010.

Fernando Pereira, coordinador general de Cecodap, dijo que las autoridades deben hacer énfasis en programas de prevención para evitar que los niños, niñas y adolescentes sean vulnerables. Explicó que una de las fallas es que la solución de los conflictos, dentro y fuera de los planteles educativos, se canaliza a través de la violencia.

“Educar a los niños en los hogares para que tomen la justicia por sus propias manos, en lugar de comunicárselo a los profesores, es un error. Creemos que el mejor regalo para los niños en su día sería un acuerdo para su protección.

Tiene que haber un mecanismo unificado de denuncia y varias campañas de prevención. En un trabajo sistemático que estamos realizando en varios colegios, hemos comprobado que una constante es el fenómeno del bullying o violencia escolar pues algunos estudiantes se valen del poder para agredir a otros y hacerles daño”, destacó.

Pereira resaltó que de acuerdo con cifras aportadas por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, la tasa de homicidios de adolescentes entre 15 y 19 años de edad en el país es de 102 por cada 100.000 habitantes.

Carla Villamediana, periodista de la agencia de noticias Periodismo a Favor de la Niñez y Adolescencia, precisó que de los 796 homicidios de niños, niñas y adolescentes que se registraron en 11 meses, la principal causa fue los ajustes de cuenta: “Los ajustes de cuenta, que están incluidos en la violencia social, fueron la causa de 44% de los crímenes.

Al comparar las cifras con el mismo período de 2009 y 2010, vemos que los asesinatos se incrementaron 13%”.

Violencia en el hogar:
El coordinador general de Cecodap advirtió que varios de los casos de violencia contra niños, niños y adolescentes registrados entre octubre de 2010 y septiembre de 2011 fueron dentro del hogar y en el entorno. En el estudio se detalla que hubo 14 homicidios perpetrados por familiares; en 10 secuestros participaron uno o varios parientes de los menores de edad y además hubo 31 filicidios, delito cometido por progenitores contra sus hijos.
Los representantes de la organización explicaron que las principales víctimas de agresiones en los hogares son los niños menores de seis años de edad, pues de acuerdo con datos del último informe, 42% de ese grupo etario fue víctima de la violencia.
“En los hogares la violencia se ha expresado en formas crueles de agresión como son los recientes casos de infanticidio”, dice el estudio.

Posibles soluciones:
En primer lugar destacan la necesidad de una política nacional para la atención y prevención de la violencia hacia la niñez y la adolescencia, mientras que en la cuarta consideración proponen la creación de un sistema nacional de registro de violencia contra niños, niñas y adolescentes.


Los especialistas en la materia también consideran necesario la creación de un plan de formación familiar, crianza positiva y de funcionarios públicos.


LA VIOLENCIA ESCOLAR EN VENEZUELA



Laura Weffer Cifuentes, (El Nacional, pp. C-4, 14/06) 





Violentos el 70% de los escolares en Machiques, Directivos del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente de Machiques (estado Zulia), muestran su preocupación ante los constantes informes escolares que describen los comportamientos agresivos de las y los estudiantes pertenecientes a las escuelas del municipio. La cifra es alarmante: “El 70% de los escolares es violento”.

La directora del Consejo, Rita Borjas, detalló que según las estadísticas del Cpnna en Perijá, “en los principales liceos de la localidad, los escolares adolescentes son los que en más de un 60% manifiestan conductas hostiles, mientras que el 40 % restante corresponde a niños de 8, 9, y 10 años de la etapa básica, que desconocen las jerarquías e infringen normas, manifiestan agresividad verbal y en el más grave de los casos utilizan la fuerza incorrecta”, agregó Borjas.

Consultada sobre el problema en visita reciente a la Sierra de Perijá, la ministra de Educación, Marian Hanson, manifestó que uno de los elementos fundamentales en este problema tiene que ver con la violencia escolar expuesta en la televisión. “Es necesario controlar programaciones como las narconovelas, los de contenido infantil violento, propagandas y publicidades que generen problemas en la conducta y motiven la agresión social”. La ministra refirió que “el Estado quiere desarrollar la cultura de paz, y para ello estamos creando políticas interministeriales en mesas de trabajo que están discutiendo varios temas.

(Panorama (Zulia), Edición Digital, 13/06)


EL MALTRATO INFANTIL: ALARMANTES SECUELAS CON ESCASOS ÍNDICES DE DENUNCIAS

Rebeca Anais Peña, Valencia 7 febrero 2012

El maltrato infantil se le denomina al abuso físico, sexual o mental hacia un menor y lamentablemente es uno de los males que adolecen a nuestra sociedad afectando cada vez con más frecuencia el bienestar y sano desarrollo de los niños venezolanos. A pesar de que las cifras puedan representar una investigación con mayor profundidad para garantizar soluciones eficaces ante este recurrente conflicto, es difícil acceder a estadísticas nacionales que describan la situación en el país, sin embargo se pudo conocer que, según el Cicpc, en el año 2004 se produjeron 2070 denuncias de lesiones contra la integridad física de los menores. La mayoría de estos delitos (1800 casos) son relacionados con violencia sexual (violaciones, actos lascivos, incesto, acto carnal, entre otros), siendo la niñas y adolescentes la víctimas más frecuentes. En Venezuela estos actos son sancionados por la Constitución nacional, la Lopna (La Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente) y la Ley sobre violencia contra la mujer y la Familia las cuales garantizan en su marco legal los derechos de menores y la mujer en el núcleo familiar y social. Aun así, a pesar de las múltiples legislaciones no solo en nuestro territorio sino a nivel mundial, las denuncias realizadas son mínimas en comparación con los hogares en el que es común esta situación que implica conductas inapropiadas caracterizadas por el descontrol de la ira y perjudiciales para un entorno, lo que hace que sea una problemática realmente alarmante. Una encuesta publicada en la página oficial de ONU en América Latina señala que el 80% de los adultos opinan que es natural recurrir a los maltrato para imponer disciplina, en cambio estudios confirman que sus consecuencias tanto médicas como sociales, en muchas ocasiones son irreparables. Ángela Rivas es uno de los casos de esas cifras ocultas en Venezuela, una estudiante universitaria que vivió su infancia en un lugar violento, ella asegura que “las secuelas psicológicas realmente siempre están latente”. Rivas aún está con sus padres y ha crecido rodeada de gritos, insultos y en las peores circunstancias golpes. Lo que marca es “el miedo por ser maltratada día a día en mi vida” dice destacando incluso que sufre la consecuencia de una golpiza. “Teniendo 11 años que me fui a meter para que no le pegara a mi mamá y él me dio tan fuerte por la cara que pegue la cabeza en la pared y me desmaye, desde ese entonces empezaron dolores de cabeza sin parar”. Los doctores Joan Durrant y Ron Emson resaltan al respecto que el castigo físico puede cambiar áreas en el cerebro vinculadas al rendimiento en pruebas de coeficiente de inteligencia y aumenta la vulnerabilidad de la dependencia de drogas y alcohol. También retraso mental, parálisis cerebral, déficit cognitivo o de lenguaje, trastornos de aprendizaje, problemas emocionales son algunas de las secuelas neurológicas que señala el autor F.J. Cordobés en “Secuelas neurológicas del maltrato infantil”, añadiendo puede causar lesiones y en algunos casos hasta la muerte. En el caso de Ángela decidió estudiar para superarse y aunque tiene que asistir constantemente a citas médicas eligió otro camino. Su historia no es tan diferente a las demás pero en su casa los actos agresivos son proporcionados por su papá y es una de las víctimas de la lesión a la integridad humana. “Considero que ningún niño cuál sea la circunstancia debe ser maltratado porque no es la forma de resolver las cosas, la violencia no te lleva a nada, genera más violencia. Nadie tiene la potestad de maltratar a nadie” subrayó Ángela resaltando que conoce las leyes que la amparan y que en algún momento su mamá y ella escaparon y denunciaron pero en la actualidad se pregunta y en ocasiones reprocha ¿por qué su mamá decidió volver y seguir así?, “sobre todo cuando sabes que quien vive contigo está enfermo”. Los castigos corporales aumentan la agresividad de los niños Los niños a los que se castiga físicamente se vuelven más agresivos y pueden sufrir problemas de desarrollo intelectual, según un estudio publicado hoy en la Revista de la Asociación Médica Canadiense (Cmaj), por su sigla en inglés así lo dio a conocer EFE. Los doctores Joan Durrant y Ron Emson analizaron investigaciones realizadas durante los últimos 20 años sobre castigos corporales y concluyeron que “sin ninguna excepción” hay un aumento de la agresividad hacia padres, hermanos y otros niños y posteriormente sus parejas.