UNICEF.
La
violencia se da en colegios e instituciones -como orfanatos y otros centros de
acogida-, en las calles, el lugar de trabajo y las prisiones. Los niños y niñas
padecen violencia en sus casas, en el seno de sus familias o por parte de otros
niños y niñas. Un reducido números de los casos de violencia ejercida contra
los niños y niñas termina en muerte; pero lo más frecuente es que ni siquiera
deje huellas visibles. Aun así, constituye uno de los problemas más graves que
actualmente afectan a la infancia.
Una
gran parte de la violencia permanece oculta. En ocasiones, los niños y niñas se
sienten incapaces de denunciar los actos de violencia por miedo a las
represalias de su agresor. Puede ocurrir también que ni los niños y niñas ni el
agresor vean nada malo o inusual en estas prácticas, o que ni siquiera piensen
que estos actos violentos constituyen violencia, y los consideren más bien como
castigos justificados y necesarios. Puede que el niño maltratado se sienta
avergonzado o culpable, pensando que se trata de un castigo merecido. Esto es a
menudo la causa de que el niño se muestre reticente a hablar de ello.
La
violencia es omnipresente en las sociedades en las que los niños y niñas
crecen. La ven en los medios de comunicación, y forma parte de las normas económicas,
culturales y sociales que configuran el entorno del niño. La violencia tiene
sus raíces en cuestiones como las relaciones de poder asociadas al género, la
exclusión, y la ausencia de protección por parte de un tutor adulto y de reglas
sociales que protejan o respeten a la infancia. Otros factores pueden ser el
consumo de drogas, el fácil acceso a armas de fuego, el consumo de alcohol, el
desempleo, la delincuencia, la impunidad y el encubrimiento.
La
violencia puede tener consecuencias graves para el desarrollo del niño. En
casos extremos resulta en lesiones graves o incluso muerte. No obstante,
también puede afectar a la salud del niño, a su capacidad de aprendizaje o
incluso a su voluntad de ir a la escuela. La violencia puede ser causa de que
el niño huya de su hogar, exponiéndole así a más peligros. Asimismo la
violencia destruye la autoestima de los niños y niñas y puede imposibilitarles
para ser unos buenos padres en el futuro. Los niños y niñas que padecen
violencia son más proclives de adultos a la depresión y al suicidio.
- Ø La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 40 millones de niños y niñas menores de 15 años son víctimas de malos tratos y abandono y requieren atención sanitaria y social.
- Ø Según un estudio realizado en Egipto, el 37% de los niños y niñas declararon haber sido golpeados o amordazados por sus padres, y el 26% declaró haber sufrido fracturas, pérdida de conocimiento o discapacidades permanentes como resultado de ello.
- Ø Aproximadamente un 36% de las madres hindúes admitieron haber golpeado a sus hijos con algún objeto en los últimos seis meses. Un 10% afirmó haber propinado patadas a sus hijos; un 29% les había tirado del pelo; un 28% había propinado puñetazos a sus hijos; y un 3% afirmó haber castigado a sus hijos metiéndoles guindillas en la boca.
- Ø Un sondeo practicado en 1995 en EE.UU. mostraba que el 5% de los padres y madres encuestados admitió haber recurrido al menos a uno de los métodos siguientes para disciplinar a sus hijos: golpearles con un objeto, propinarles patadas, golpearles o amenazarles con un cuchillo o una pistola.
- Ø En Sudáfrica, estadísticas policiales recientes revelan 21.000 denuncias de casos de violación o agresión de menores en los que las víctimas tenían tan sólo nueve meses de edad. Se estima que únicamente 1 de cada 36 casos de violación es denunciado.